Frances Glessner Lee, la madre de las Ciencias Forenses.


Frances Glessner Lee (1878-1962) creció en Chicago, EEUU, en el seno de una familia burguesa que poseía una empresa de maquinaria agricola. No obstante, el privilegio de la riqueza no fue suficiente para permitirle la misma educación que su hermano y no pudo participar de la educación formal en la universidad para estudiar Derecho o Medicina, acorde a los mandatos sociales de la época.

Se casó a la edad de 19 años, tuvo tres hijos y luego se divorció en 1914.

Frances Glessner Lee y su hermano eran muy unidos, por intermedio de él conoció a George Burgess Magrath. Su compañero de la universidad de Harvard, quien se convirtió posteriormente en Médico Forense en Boston. Pero no fue hasta la muerte de su hermano, cuando Frances tenía 52 años, que pudo comenzar a estudiar. 

Es así como con su amigo, el Dr. Burgess Magrath comenzaron idear nuevos métodos de investigación forense más idóneos, y comenzaron presionar para mejorar el equipo de la policía incorporando médicos forenses al trabajo de campo. A través de sus investigaciones, vieron que la policía obtenía poca información del relevamiento del lugar del hecho, por una falta de observación y resguardo de las evidencias físicas que podían encontrarse.

La madre de las Ciencias Forenses:
Para comienzos de la década del 30, Lee, participaba intensamente en la Universidad de Harvard a la par de otros profesionales. Su fortuna le permitió donar (en 1931) $250,000 dólares para establecer el primer Departamento y Programa  de Medicina Legal de Harvard. También donó 1000 volúmenes para crear la Biblioteca de Medicina Legal Magrath. Ella se había dado cuenta que no existía en Estados Unidos una formación de Medicina Legal específica, y su aporte permitió que asistían y se formen representantes de la Policía de los distintos Estados.

Por su trabajo, Lee fue nombrada capitana honoraria en la Policía Estatal de New Hampshire el 27 de octubre de 1943, convirtiéndola en la primera mujer en unirse a la Asociación Internacional de Jefes de Policía y en la única durante su época.

Lee continuó con su aporte e investigación que la llevaron en 1945, a coordinar y presidir los Seminarios de Investigación de Homicidios para la Policía Estatal”. Capacitaciones de una semana de duración, para enseñar a la policía cómo reconocer y detectar las evidencias en la escena del crimen a través del departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de Harvard, dictados entre 1945 y 1952.

Como herramientas para la enseñanza armó una colección de cabezas en yeso con distintas heridas y lesiones para su estudio. Y especímenes de las distintas etapas de vida de insectos (lo que hoy conocemos como Entomología Forense). Dado que era difícil acceder y mostrar escenas de muertes reales, Lee decidió que construiría escenas de muerte en miniatura para que los asistentes las estudiaran.

Es importante aclarar que, ninguna escena pretende reproducir casos particulares, pero todo lo exhibido sí ocurrió aunque no necesariamente bajo las mismas circunstancias. 

Ideó el concepto y el diseño de cada diorama, y a través de un carpintero se dibujaron los planos en una escala de una pulgada a un pie, se construyeron las estructuras exactamente de la misma manera que lo haría en una habitación real de tamaño completo, con puertas reales con cerraduras que funcionaban. Ella puso esfuerzo en ilustrar no solamente la muerte ocurrida, sino también el estatus social y financiero de los sujetos involucrados. No todos los casos son homicidios, hay accidentes, muertes naturales y otros están aún sin resolver a causa de investigaciones descuidadas.
En los seminarios que se organizaba, se le asignaban dos maquetas a cada asistente, en donde contaban con 1 hora y media para cada modelo, luego los alumnos exponían los puntos observados y esto se discutía. 






La finalidad de los modelos no es responder a la pregunta “¿Quién lo hizo?”, no pueden ser resueltos solo con mirarlos. Su intención es servir para ejercitar la observación, evaluación, interpretación y formas de reportarlos, no hay una “solución”.



Además, deben ser observadas con una mente abierta, ya que muchas veces los investigadores tienen una corazonada y “encuentran” solo las evidencias que sirven a esa hipótesis, dejando de lado otros elementos que pueden ser de importancia.
Falleció en 1962, a la edad de 83 años. En 1967 Harvard cerró el programa de Medicina Legal,  y los Seminarios siguieron dictándose en Baltimore, Maryland. 18 de sus dioramas todavía son utilizados para el entrenamiento policial hoy en día, donde también pueden ser visitados por el público.


Conclusiones: Nos llama mucho la atención la biografía de Frances Glessner Lee tanto por su interés por las ciencias forenses como por su particular empeño en alcanzar un objetivo que, para una mujer de esa época, era imposible: acceder a una educación superior,  colaborar en la cátedra de medicina legal y ser nombrada jefe de policía.

Creó 20 dioramas en miniatura de escenas del hecho denominados “Estudios de cáscara de nuez sobre muertes inexplicables” Las figuras que representan los cuerpos incluyen la representación de signos como el rigor mortis, que es un endurecimiento post-mortem del cuerpo y livideces, que es la forma en que la sangre se asienta en el cuerpo después de la muerte. Y como ya sabemos, ambos fenómenos proporcionan información sobre cómo y cuándo murió una persona.

Por todo esto podemos analizar que esta particular utilización de la técnica de los dioramas, se basa en que era una de las pocas actividades que le habían enseñado, como parte de la “educación de una dama de alta sociedad” de fines del siglo XIX principios del XX.

La capacidad de realizar estas casas de muñecas artesanales combinado su interés por las ciencias forenses, permitió la creación de herramientas didácticas para comprender uno de los pilares fundamentales de la Criminalística actual: el relevamiento minucioso de la escena en búsqueda de los testigos mudos que revelan la naturaleza de los hechos.

Mira nuestro video #ArchivoForense emitido para Crónicas Periciales, donde te contamos más detalles de la vida de esta mujer de la historia criminalística.



Autor: [emece] Criminalística
Créditos imágenes: Glessner Museum y Corinne Botz
Créditos cortina musical: Patrick de Arteaga



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